

Desde el momento
en el que se nos propuso hacer una exposición ‘’distinta a la que nos tienen
acostumbrados en el colegio’’, mi concepto de exposición ha cambiado radicalmente.
Encima, fue mi grupo, formado por Aida, Diego y yo, los primeros en exponer.
Como es de esperar, nuestra primera exposición no se acercaba ni de lejos a los
requisitos que hacen que una exposición sea buena, o al menos… al estilo DAI. Sin
embargo a pesar de ello, fuimos capaces de sacar una exposición adelante que
logró el reconocimiento de algunas personas. Se trataba de una pequeña pieza
teatral, en la que nos convertíamos en los propios artistas del Impresionismo. Al
terminar, Paco nos comentó una amplia lista de aspectos a tener en cuenta. Tengo
que decir que estas recomendaciones en un principio me parecían una tontería,
no creía que unos detalles tan ínfimos pudiesen determinar una exposición. La siguiente exposición creo que no aplicó las recomendaciones que se nos dieron, quizás por falta de tiempo. La siguiente semana los grupos tomaron en cuenta estas consideraciones, y la mejoría fue más que palpable: haciendo participar al público, sorprendiendo cada vez más con la escenografía y algunos incluso trasladándonos al seno de una época.
Por tanto, el límite para crear la exposición no se quedaba en crear un guión coherente, claro y que se ajustaba a un límite de tiempo... iba mucho más allá, de hecho, no habían casi límites. Tanto es así que los grupos iban apostando por exposiciones cada vez más atrevidas: con petardos, bombas de humos, destrucción de cajas, iluminaciones complicadas... El reto de mejorar la exposición anterior se hacía cada vez más difícil, pero a la vez, eran cada vez más ideas las que se nos ofrecían para poder llevarla a cabo. Se nos ofreció la oportunidad de mejorar nuestra exposición anterior, y sin ninguna duda aceptamos. Con esta segunda intentona, nos dimos cuenta que preparar una exposición así, en condiciones, requiere el triple de tiempo que una exposición escolar convencional. Creo que la evolución de las exposiciones culmina con la exposición del expresionismo. Sin duda, esta actividad ha cambiado el concepto que yo tenía de exposición, y creo que lo trasladaré a muchas de las exposiciones que tenga que hacer en un futuro, ya que un soporte visual, es siempre una ventaja a la hora de exponer, al igual que integrar al receptor. Teniendo en cuenta todo esto, nos aseguraremos un éxito final.

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