A todos nos gustan los museos, nos gusta el buen arte. Pero... ¿y los museos en la calle? Eso es precisamente lo que hay en mi ciudad, concretamente en el barrio pescador, que en el pasado se encontraba en un estado muy degradado hasta que el arte llegó a sus calles. En 2014 se decidió llevar el arte a un barrio que había sido tradicionalmente pobre. Se trata de un barrio de casas de un solo pisos, coloridas y humildes. Pero presenta un gran problema: es la diferencia de altura entre estas casas bajas y los edificios más contemporáneos. En la pared lateral de los edificios más altos se han instalado auténticas obras de arte acompañadas por un ambiente muy bohemio, que hacen de este pequeño barrio un paraíso para cualquier amante de la cultura. Los murales se comenzaron haciendo para el festival de internacional de la cultura de MUECA, que se celebra cada año en la ciudad. Desde ese año, la colección ha ido creciendo. ¿El objetivo? llenar de mensajes y colores los muros vacíos de cont